Cuando experimentamos un estrés que nos genera angustia, en nuestro cuerpo se activa la reacción de lucha, huida o paralización; y cuando nuestro cuerpo está constantemente en este ciclo, podemos sufrir un "agotamiento". Los signos de que una persona está sufriendo un agotamiento incluyen la pérdida de memoria, dificultad para prestar atención, mayor consumo de drogas o alcohol, cambios en los hábitos de sueño, falta de productividad, abstención de tareas difíciles y/o aislamiento social.
Consulte la Escala de Estrés Percibido para ver el nivel de estrés que está sufriendo. Una puntuación que oscila entre 1-40 indica que podría resultarle beneficioso contactar a un profesional de la salud mental.