El implante de microchips duplica con creces las probabilidades de que una mascota perdida vuelva a casa. El collar con identificación es excelente, pero se puede extraviar. El microchip es permanente.
Estudios han demostrado que las mascotas sin microchips fueron devueltas a sus dueños el 21.9 por ciento de las veces que se perdieron, mientras que las mascotas con microchip fueron devueltas el 52.2 por ciento de las veces.
Los microchips son aproximadamente del tamaño de un grano de arroz y el implante subcutáneo consiste en un procedimiento breve cuyo dolor es similar al que se siente cuando le administran una vacuna.
Los microchips no son dispositivos de rastreo. Solo pueden detectarse a través de un lector a corta distancia con un escáner de microchips, que suele haber en las clínicas veterinarias y en los refugios de animales. Al escanear el microchip aparece el número de identificación. Este número debe estar registrado bajo el nombre del dueño de la mascota y debe modificarse si el dueño se muda o cambia de número de teléfono.
Cuando llega una mascota perdida al refugio de animales, se las escanea para detectar el microchip. El número del chip es ingresado en la base de datos nacional y si el número corresponde al dueño de la mascota, se lo contacta de inmediato. Si el chip no está registrado a nombre del dueño de la mascota, figurará la clínica veterinaria o el refugio de animales que implantó el chip, entonces se contactará a esa organización.
Todos los animales adoptados en Servicios para Animales del Condado de Orange tienen un microchip de identificación.
Si su mascota aún no tiene microchip, consulte a su veterinario para que le recomiende esta opción.