Los adolescentes con problemas hablan sobre sus padres, el perdón y segundas oportunidades
Cada año, una de las instalaciones correccionales más grandes del país marca el Día del Padre como remembranza de un hombre que sirvió como modelo positivo para muchos hombres jóvenes, el Capellán de Correccionales Bernard Fleeks. Aunque Fleeks falleció recientemente, su legado vive.
El capellán Bernard Fleeks dedicó años de servicio a los jóvenes alojados dentro del Departamento de Correccionales del Condado de Orange, el cual hoy día es hogar de aproximadamente 25 jóvenes de alrededor de 15 a 17 años. Fleeks, quien creyó en el arte de las palabras y el espíritu del perdón como medios de superación, sigue siendo inspiración, incluso hoy día, para un grupo de jóvenes quienes nunca lo han conocido.
The annual event, while a bit unconventional in comparison to a family cookout, is voluntary and encourages teens to pen an open letter to their dad titled, “What Would I Say to My Father.” The words provide an emotional glimpse into the lives of a group of young men who may be heading down a troubling road.
Si se aloja a un joven dentro del OCCD, significa que se les ha juzgado como adultos por cometer una ofensa grave. En este punto, capellanes, voluntarios y el personal correccional saben que les quedan pocas oportunidades para alejar a estos jóvenes de un destino incierto.
El patrocinador del evento de este año, Advanced Information Systems Group Inc., seleccionó a cuatro adolescentes para leer sus cartas abiertas en voz alta a una audiencia, lo cual incluyó a madres y hermanas. Aunque que cada carta fue única en su propia forma, hubo palabras comunes que usaron los jóvenes, incluyendo abuso, violencia, ausencia, confianza, drogas, miedo. Aún así, entre ira y resentimiento, hubo señales de perdón y amor.
Una carta que escribió un joven de 17 años dice:
"Fue difícil para mí cuando te fuiste porque no tuve a nadie que me enseñara qué estaba bien y qué estaba mal. Siempre tuve que averiguar esto por mi cuenta. Pero aquí estoy para decirte que te quiero a pesar de todo e incluso a pesar de que nunca creíste en ti, yo sí lo hice y siempre lo haré".
La tradición de escribir cartas continuará el año entrante. Mientras que estos hombres jóvenes han seguido con sus vidas, la mejor recompensa para quienes se han vuelto parte de sus vidas en esta etapa difícil es que son capaces de dejar sus overoles azules para un día ser los hombres que ellos esperaban que fueran sus padres.
Las Correccionales del Condado de Orange desean agradecer a los oficiales correccionales, personal del programa, voluntarios, capellanes y patrocinadores que hicieron posible este evento.